Introducción a la pedagogía del oprimido. Paulo Freire.

Comprender la realidad resulta especialmente difícil cuando tu pensamiento crítico lleva siendo coartado desde la más remota infancia y sigue siéndolo en gran medida en la actualidad. A día de hoy estamos tratando de encontrar nuestro sitio, de desarmar nuestros esquemas mentales impuestos y ver claro el camino a seguir para luchar por aquello que nos une y nos mueve, la justicia social.

Hemos leído teorías densas, muy técnicas, puramente ideológicas, las cuales nos han aterrizado en el panorama de las perspectivas para la justicia social, hemos tomado notas, organizado ideas y cambiado creencias anteriores. Pero la lectura de Pablo Freire, es profundamente revolucionaria, política, pasional, como la educación, es por ello, que sus primeras páginas me han llegado especialmente, porque pone de manifiesto la realidad educativa oculta que todos sufrimos. Lo hace a través de un glosario de términos muy acertados y llenos de significado y connotaciones. Es una lectura densa, pero llena de cotidianidad por lo que nos vemos reflejados en cada página, es duro verte como persona privada de libertad, saber que todo lo conocido hasta ahora forma parte de un proceso de dominación y deshumanización, en el que las escuelas participan como educadores bancarios, es duro poner nombre y dar forma a la opresión de nuestra existencia, de la que ya eramos conscientes, pero seguíamos y seguimos participando.

No obstante, Freire nos aporta una de cal y otra de arena, porque también al leer, nos suscita pensamientos auténticos, sentimientos de rechazo hacia la imposición y nos proporciona esperanza, fe en el cambio, en la revolución popular, en la unión como fuerza de cambio.

Sin embargo, ¿eres oprimido o eres opresor? como futura docente ¿sabrás romper con la educación bancaria e impulsar a tu alumnado hacia su evolución como ser auténtico, autónomo, creador e inconformista? o ¿te relegarás a reproduccir el sistema implantado actualmente? Es tiempo de reflexión, de asentar cada palabra de la pedagogía del oprimido, de continuar leyendo y releyendo sus páginas y tratar de dirigir nuestras conciencias y acciones hacia un mundo más justo socialmente.